¡A limpiar esa carita!



La limpieza es importante, y la del rostro mucho más. Hacerla un hábito y una rutina diaria nos ayuda no solo a mantener la salud de la piel sino a prevenir brotes, manchas y arrugas prematuras. Mientras más jóvenes iniciemos este cuidado más agradecida estará nuestra piel y se notará con una piel limpia, hidratada, luminosa, en una palabra: sana.

Así que hoy te paso estos pasos que son  los que yo sigo diariamente, y en serio, desearía haber iniciado desde la adolescencia y no haberme expuesto tanto al sol y sin protección.

  • Limpiar (mañana y noche): Remueve impurezas, grasa, células muertas, maquillaje.
  • Exfoliar (noche, una vez por semana): Limpieza más a profundidad donde aparte de eliminar las células muertas, se estimula para producir más células y colágeno.
  • Tonificar (mañana y noche): Retira perfectamente todos los residuos, nivela el PH y cierra el poro.
  • Hidratar (mañana): Mantiene la piel saludable, bella y joven. Además aporta refuerzos para que la piel retenga humedad.
  • Protección solar (mañanas): Evita que los rayos del sol provoquen manchas o daños a largo plazo. 
  • Nutrir (noches): Proveer vitaminas y minerales, restaura la piel y promueve la regeneración celular. Lo recomendable es usar un suero y crema de noche.

Siempre ten presente la siguiente información para elegir los productos más convenientes para tu piel:
  • FPS: Para saber el tiempo máximo de protección solar debes multiplicar el número del protector por 10. Por ejemplo, si tu protector tiene un FPS de 15, se multiplica 15X10= 150 minutos, o 2.5 horas.
  • Utiliza limpiadores para tu tipo de piel. Leche: piel seca. Gel: piel mixta o grasa.
  • Si utilizas varias cremas (para cuidados especiales) aplícalas de la más ligera a la más espesa.
Recuerda que un rostro hermoso inicia con buenos hábitos, así que ¡a limpiar esa carita!